La vida de pueblos enteros en España se ha moldeado alrededor del cultivo del olivar y la producción del aceite desde hace más de 2000 años, lo cual nos permite afirmar que tiene un rol protagónico para la identidad cultural española.
El oleoturismo es un fenómeno turístico relativamente reciente y muy vinculado al enoturismo, y al turismo rural. Las rutas del aceite son ideales para los amantes de la naturaleza, de la buena gastronomía y del patrimonio cultural.
Los antecedentes nos demuestran que en primer lugar el vino fue la “estrella” gastronómica. Pero después llegó el olivar y el aceite de oliva, la fusión ideal entre un paisaje y un producto que consolida la identidad de gran parte del territorio español.
Si esta forma de hacer turismo despierta emociones en ti, hoy en día puedes encontrar itinerarios por España que no tienen desperdicios. Los mejores hoteles, restaurantes, museos y molinos de aceites tradicionales configuran una propuesta turística que no tiene desperdicios.
Las rutas del aceite que se han extendido por las comunidades productoras y en líneas generales ofrecen visitas a los campos de olivos, muchas veces coincidiendo con la recogida de aceituna, visitas a las almazaras (donde se extrae el aceite), y catas muy exclusivas para paladares novatos que están aprendiendo a distinguir entre las variedades de aceituna más comunes y las degustaciones de la gastronomía local.
En estos viajes, los turistas podrán conocer en primera persona cómo es el trabajo artesanal de la cosecha de la aceituna y la elaboración del aceite virgen extra. Para ello se programan excursiones, talleres sobre el aceite, degustaciones, catas, clases de cocina, actividades deportivas, ¡vida en estado puro!
